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El Hotel Alhambra Palace ha utilizado el parón de la pandemia para poner sus cimientos y estancias en manos del arquitecto David Rodríguez. Quien, al frente de su estudio Arquiox fue el encargado de realizar «unas obras de restauración que se han ejecutado con la sensibiliad que merece el valor artístico del edificio y su singularidad constructiva, compuesta por estructura metálica y cerramientos de tapial», afirma.

Era necesario, en primer lugar, sanear su extenso muro de contención. Se ha hecho recuperando materiales que le son propios y sustituyendo morteros de base de cemento interpuestos en el transcurso de los años por otros morteros bicapa, de base de cal aérea e hidráulica. Unos cerramientos que recuperan la transpirabilidad, tan necesaria para su conservación y correcta perduración.

Más llamativa ha sido la acción realizada a fin de restaurar todas las almenas y rehabilitar el espacio entre ellas, recuperando los balcones entre ellas. También se ha procedido al remozado integral de su ‘torre del oro’, en la zona oeste del hotel. Su original estructura de acero se presentaba completamente oxidada, expandiendo su volumen y generando grietas con el riesgo de no estabilizar su tamaño. Por ello se trabajó intensamente en su consolidación estructural… aprovechando para devolverle su imagen original, recuperando el revestimiento de escamas cerámicas de su cúpula de cubierta. Y para que el embellecimiento fuera absoluto, nada mejor que volver a pintar toda su epidermis arquitectónica.

Un revestimiento exterior que, unido a la profunda renovación tecnológica y digitalización de todos los procesos, han devuelto al hotel la apariencia que le correspondía.