El Grupo Alcaravea abrió el pasado mes de septiembre su quinto restaurante en la capital, situado en la calle Ferraz, número 5, del madrileño barrio de Argüelles. Con una decoración calculada al milímetro, Olmo ofrece una nueva alternativa para el público más exclusivo de la capital.
Además, este cuenta con numerosos espacios privados con el fin de ofrecer una experiencia aún más íntima y elegante. Con un equipo alterno, asimétrico y persistente, prometen un verdadero viaje para los cinco sentidos. Por ello, en sus platos combinan tanto vanguardia como modernismo, sin dejar de lado la cocina tradicional mediterránea que vertebra la gastronomía de todos los demás restaurantes del grupo.
En Olmo, todo tiene un porqué y, sin duda alguna, la excelencia es uno de ellos. Desde la carta principal, hasta sus cócteles, pasando por sus aperitivos en barra, vinos o platos fuera de carta han sido seleccionados para potenciar tanto el sabor de los productos como convertir la visita en una verdadera experiencia.
A través de sus dos plantas, distribuidas en un total de siete salones, brindan al comensal una gran variedad de rincones adaptados a cada una de las necesidades, ya sea un espacio con vistas a la cocina como es su Sala Ulmus Minor hasta amplios salones, como es el caso de la Sala Ulmus Glabra, su salón más grande con una capacidad de 30 comensales. Arquitectura, gastronomía y disfrute andan de la mano nada más adentrarse a la sombra de este nuevo Olmo.