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La tradición y la artesanía son los dos pilares en los que se sustenta el concepto de Ladroni, una ostería contemporánea en Pozuelo de Alarcón. Su carta, en la que no faltan las recetas más conocidas de la gastronomía italiana, repasa de norte a sur las diferentes elaboraciones de cada región.

La propuesta de Ladroni es un viaje a través los platos italianos de toda la vida elaborados por el chef Charly Roux, que se encuentra el frente de la cocina de este nuevo restaurante. Así, las pastas frescas, la foccacia, los postres y hasta la carne que se utiliza para el carpaccio se elaboran en este espacio cada día. También destaca su importante bodega en la que tienen el protagonismo los vinos italianos llegados de diferentes zonas de Italia como Sicilia, Piamonte, Puglia y Toscana; pero sin olvidar referencias nacionales de denominaciones de origen como Ribera del Duero, Rioja y Toro.

En palabras de Charly Roux: «Intentamos pensar como un restaurante italiano en Italia. Esto nos lleva a tener un nivel de exigencia muy alto en todo lo que hacemos y utilizar preparaciones que no son las más comunes en los restaurante italianos de todo el mundo». Todo este concepto se enmarca en un espacio colorido y luminoso, con mobiliario de diseño y una barra vista que deja ver cómo se elaboran los platos mientras el comensal disfruta de un aperitivo antes de empezar este viaje gastronómico.

Tradición y artesanía

La carta de Ladroni comienza con los Antipasti. En ellos destacan la Focaccia del día, hecha en casa con 48 horas de fermentación y una receta que cambia a diario según los productos de temporada; el Carpaccio di manzo affumicato, elaborado con entrecot curado en azúcar, sal y especias durante tres días en el restaurante que se finaliza ahumándolo en la mesa; el «Huevo frito» con trufa negra, un huevo cocido y frito, acompañado de crema de patata, espárragos y trufa negra; el Vitello tonnato; o la Caponata agrodolce con yema curada, con berenjena, cebolla, apio, alcaparra y aceituna cocinados indiviualmente e unidos progresivamente en el momento justo para crear una sinfonía de sabores típica de Sicilia.

Ladroni cuenta con servicio delivery a través de Uber Eats

La propuesta continúa con la pasta fresca, elaborada con harinas artesanales italianas y huevos camperos a diario en el restaurante, entre las que destacan los Pappardelle al ragú bianco de ciervo, un guiso de carne de ciervo con verduras y vino blanco; los Spaghetti alla carbonara, que reproducen estrictamente la receta tradicional con guanciale, yema y pecorino; o la Lasagna Emiliana, con carne de ossobuco ­–que se cocina una noche entera a fuego lento con el calor residual del horno de pizza y se desmecha para después volver al fuego y terminar su reducción– y mozzarela ahumada. En las pizzas merecen una mención especial la de trufa, queso fontina y escarola ligeramente aliñada; la Margherita, en la que puede ponerse en valor la calidad de la masa; o la de Setas, cebolla caramelizada y perejil.

En los principales se ofrecen Pulpo e patate, pulpo teñido en remolacha, espuma de ajo negro, patatas fritas en mantequilla, pimentón de La Vera y Pallarda con salsa de queso gorgonzola, un solomillo de ternera blanca espalmado acompañado con tagliatelle. Para terminar, en la parte dulce pueden disfrutarse recetas italianas como el Crispy Tiramisú, con crema de mascarpone, savoiardi, espresso, salsa de avellanas y nibs de cacao; el Semifreddo de banana; los Cannoli o el Gelatto.

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