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Con la Navidad llega la apertura de Ikoya en Barcelona. Hideki e Iñaki se embarcan en uno de sus proyectos más emocionales y gastronómicos para devolverle a la capital lo que les ha regalado. Se caracteriza por un fuerte compromiso por la pureza del producto, y con la estética y el ambiente característico de una izakaya de Tokio.

«Barcelona se merece una izakaya, como las que siempre he frecuentado en Tokio. Un espacio en el que reina el desorden simpático, esta alegría propia de la ciudad que años atrás enterneció mi rigidez japonesa, dándole a mi gastronomía justo lo que necesitaba para brillar. Una barra para disfrutar y compartir, donde entre el jolgorio, el humo y el sake. Así, mi cocina más seria toma un carácter mucho más informal y divertido», explica Hideki.

Ikoya se convierte así en un lugar de encuentro entre el producto de nuestros mercados y la pureza de la técnica japonesa. Todo mediado por su mítica parrilla de carbón nipona. Una puerta para zambullirse en el ambiente de las tabernas de Tokio a través de una selección de sashimis, niguiris, hosomakis y uramakis, así como diversos tipos de ramen, platillos de carne y pescado.

Una izakaya con alma urbana

No es casualidad que Ikoya mire de frente al Mercado de Santa Caterina, es toda una declaración de intenciones. Y es que Hideki, desde su niñez, pasa mucho tiempo observando el brillo de la piel de los pescados, el destello en sus ojos, la salud de las escamas o la tersura de la carne. Todo para encontrar siempre la mejor pieza del mercado y ofrecer al comensal la mejor de las experiencias.

El artífice que ha sido capaz de recrear las antiguas izakayas de Kioto, con fuerza, descaro y lo mas importante, alma urbana, ha sido Txema Retana, autor de la última apertura de Grupo Sagardi en Madrid: Cadaqués. En esta taberna predominan las maderas nobles, el hierro y las telas, que se expresan con el fuego y los aromas que desprende la cocina central a la vista o en la barra de sakes que nos da la bienvenida al espacio Ikoya.