InterContinental Barcelona, en el corazón de Montjuic, abrirá sus puertas a finales de este mes de septiembre convirtiéndose en el primer nuevo cinco estrellas que abre en la ciudad Condal este año.
De la mano del reconocido estudio de diseño Brime Robbins, en asociación con la marca Intercontinental, el nuevo hotel se ha transformado completamente para ofrecer una experiencia 5 estrellas a través de un diseño y un servicio contemporáneos, que combinan un conocimiento inigualable del saber hacer internacional con la cultura y las tradiciones locales y la pasión por la gastronomía.
De la mano del reconocido estudio de diseño Brime Robbins, en asociación con la marca Intercontinental, el nuevo hotel se ha transformado completamente
El mar que baña la costa de Barcelona, así como sus calles, su arquitectura y su arte inspiran la paleta de colores, las texturas y los materiales de todas las habitaciones, restaurantes y zonas comunes del nuevo InterContinental Barcelona.
El diseño y cada pieza a medida ofrecen una experiencia diferente. Han utilizado además sus conocimientos técnicos para crear un diseño atemporal, pero con detalles como los mosaicos en los suelos, materiales como maderas, mármoles o telas. Juegan con capas y texturas que conducen a espacios inspirados en la ciudad.
La recepción, compuesta por cuatro mostradores individuales de madera, incorpora pequeñas luces que brillan en el techo. El vestíbulo es ahora un gran porche con consolas de madera, luces y una galería de nichos de arte color azul marino.
El arte, presente en cada rincón del hotel, es otro hilo conductor por la ciudad a través de obras que representan elementos de Barcelona. Las piezas encajan en el diseño interior como una extensión de suelos, paredes y techos. Un gran mapa de metal de la ciudad de 7 metros de altura envuelve la gran escalera y cerámicas catalanas posan en silueta como una pantalla de doble altura entre el restaurante y el café lounge.
Una odisea mediterránea
Tonos ocres y neutros, terracota, nogal, acabados naturales y líneas horizontales que recuerdan al Mediterráneo caracterizan las 273 habitaciones de InterContinental Barcelona, pensadas y diseñadas para conducir a los huéspedes a través de la vida InterContinental. Desde los suelos hidráulicos de las cocinas catalanas hasta el «panot» de las aceras de las calles de Barcelona, todos los patrones de los suelos del hotel se han inspirado en la propia ciudad. La moqueta, con imágenes de adoquines y reflejos, y el azul de los sillones y sofás, invitan a los huéspedes a conectar con el mar, con el puerto y sentir la esencia de las calles de la ciudad de Barcelona.
Su Suite Presidencial, de 180 metros cuadrados, así como sus 17 Junior Suites, son el exponente del lujo moderno y la vida InterContinental y crean espacios donde los huéspedes podrán relajarse.
Gastronomía y diseño unidos
La experiencia gastronómica en el Intercontinental Barcelona será temática. Las zonas de F&B reciben nombres catalanes como personajes de una película biográfica, y Brime Robbins aprovecha su significado también en el diseño.
Sobre la coctelería Gebre, que se traduce como «escarcha» en catalán, se sitúa un gigantesco expositor de botellas con paneles de cristal translúcido y metal pulido para representar la esencia de la tierra en su estado más frío. Los huéspedes podrán disfrutar de los clásicos de la coctelería, además de una carta de cócteles artesanos de autor, en este espacio creado a través de una paleta de colores que conecta con el mundo del cóctel y la decoración art decó del espacio.
En Arrel, que significa «raíces», un biombo de madera envejecida con celosía entrelazada imita las raíces y envuelve a los comensales, mientras que una cinta de cristal serpentea por encima de sus cabezas. Así, Arrel homenajea a la tierra y las estaciones a través de su cocina abierta y su oferta de raciones para compartir.
Quirat, que en catalán significa «quilate», representa la pureza y la riqueza de los elementos que componen la tierra. Se trata de un comedor exclusivo que ofrece una interpretación de autor sobre la tierra y sus productos mediante una carta de platos que responde a las distintas temporadas y que ha sido ideada en exclusiva para el restaurante por Víctor Torres, el cocinero más joven de España en ganar una estrella Michelin.