La madrileña ‘Costa de los Cardenales’ recupera uno de sus principales efectivos con la reapertura de Mazarino. Un local de cocina tradicional, que renace impulsado por su esencia de siempre para conquistar a una clientela que no tiene edad.
En Mazarino puedes desayunar, comer, cenar, tomar copas, y sobre todo, disfrutar de su aperitivo en cualquier momento del día. Porque Mazarino es famoso por su generoso aperitivo, cortesía de la casa durante toda la jornada: embutido ibérico, queso, patatas fritas, aceitunas, además de las bandejas con aperitivos calientes que cada cierto tiempo pasan por las mesas sus amables camareros.
Cuenta con una sala para 60 comensales, siempre alrededor de una gran barra, y una concurrida terraza climatizada para otros 50. Se ha recuperado su carismática decoración, con aire de club inglés, tupida moqueta en el suelo, su famosa escalera tallada y clásico mobiliario, siempre presidido por una imponente barra y el retrato del Cardenal y diplomático que le otorga el nombre. Abierto de 9h a 2h de lunes a domingo, no cierra ningún festivo, admite mascotas y ofrece aparcacoches y su famoso servicio de limpiabotas, una tradición estrechamente ligada a su ADN.
Las tardes y las noches de Mazarino no necesitan presentación, desde los años 70, el local y su terraza son el sitio de reunión preferido de la zona de Almagro. Mazarino promete convertirse de nuevo en uno de los mejores bares de Madrid y hacer de su vuelta todo un acontecimiento en el barrio de Chamberí.
En lo gastronómico, Mazarino basa su cocina en el producto y en cuidadas recetas clásicas. Empezando por sus desayunos tradicionales, servidos de 9 a 12, en los que ofrece desde churros y bollería hasta pincho de tortilla o bowls de yogur con fruta y granola.
Tras el aperitivo, al que se unen también los boquerones en vinagre, croquetas, gambas, torreznos, jamón o sándwiches, llega la hora de la comida, con un menú del día a base de cocina casera y producto fresco que incluye bebida y postre o café (25 €).