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The Black Turtle abre las puertas de su nuevo restaurante en la ciudad de Valencia, concretamente en la zona de Benimaclet.

A pesar de la difícil situación que el sector de la hostelería ha atravesado en el último año a causa de la crisis sanitaria y de las semanas complicadas que este, en concreto, ha experimentado en la Comunidad Valenciana debido a las restricciones y medidas de seguridad frente a la Covid-19, The Black Turtle sigue apostando por su proceso de expansión con su servicio de franquicia. El objetivo de la cadena no es otro que seguir creciendo.

El nuevo restaurante, que se abrió al público el pasado 16 de marzo, cuenta con un total de 140 metros cuadrados en interior, además de un espacio de terraza. Su estética se mantiene fiel a la imagen de la marca, con un estilo industrial, con música indie-rock como banda sonora, que traslada a sus clientes al Soho de una gran ciudad con un servicio atendido en mesa.

Con la apertura de este nuevo local, situado en la calle Vicente Zaragozá, número 15, The Black Turtle, que abrió su primer restaurante en el año 2012 en la capital del Turia, suma un total de 13 restaurantes ubicados en la Comunidad Valenciana, que se convertirán en 17 de aquí a julio. Ocho de ellos situados en la ciudad de Valencia y los cinco restantes repartidos en las localidades de Xativa, Sagunto, Paterna, Aldaia y Alicante. El objetivo del grupo es continuar creciendo, expandiendo la marca en nuevas ciudades, como Castellón, Murcia o Madrid, cuyas aperturas están previstas para los próximos meses.

Antonio J. Pérez, CEO de The Black Turtle, afirma: «Nuestra visión está totalmente centrada a largo plazo y, por ello, queremos seguir creciendo a pesar de la situación actual. Nuestro objetivo no es otro que construir un grupo de calidad y con visibilidad a nivel nacional».

Cabe destacar que toda la oferta gastronómica de The Black Turtle, que también se encuentra disponible en su servicio propio de e-commerce, está basada en recetas que se hacen en cada local, a base de materias primas de primera calidad, productos frescos, y apostando por un modelo de negocio de proximidad. «Además de comprar a proveedores cercanos, todo se cocina en nuestros locales, no hay ningún producto precocinado ni congelado. Las patatas fritas, por ejemplo, son naturales y las carnes cuentan con el certificado de bienestar animal», destacan desde la marca.