Casa Ozama se inauguró en abril en Sevilla, en la Avenida de la Borbolla, 59. El establecimiento cuenta con 800 metros cuadrados de jardín con palmeras centenarias. Entre sus pérgolas y parterres no faltan jazmines, rosales, buganvillas, limoneros, olivos y una fuente central inspirada en las de los típicos patios del barrio de Santa Cruz.
El restaurante se ubica en lo que era la Villa Zoama, residencia particular construida en 1912. Es vecino de los edificios diseñados por Aníbal González para la Exposición Iberoamericana de 1929 en el Parque de María Luisa, como la Plaza de España. Todos sus ventanales, terrazas y balcones se asoman a ella. La fachada es un manifiesto de la estética de ese momento: la recuperación de artesanías populares como la forja, la cerámica o la azulejería en su versión más colorida.
En el luminoso interior, con más de 550 metros cuadrados distribuidos en 4 plantas, se han respetado todos los elementos originales del edificio, destacando los ventanales y las escaleras. Cuenta con zonas de barras, bares, salones elegantes, comedores más informales y rincones escondidos para tomarse una copa. El interiorismo de Persevera Producciones rememora el glamour de la época con suntuosos tejidos, estampados florales, papeles pintados, materiales nobles, mobiliario contemporáneo… Se mezcla con piezas rescatadas de anticuarios de todo el mundo y golpes de humor en el que los animales/escultura juegan un papel protagonista convirtiendo cada esquina en un paseo por un parque.
Propuesta gastronómica
El proyecto está dirigido en lo gastronómico por Juanma García y Genoveva Torres (Ovejas Negras Company) junto a Rafael Cebolla y Óscar Vega (Maria Trifulca). Al reto se han unido empresarios sevillanos como María del Mar Sánchez Blanco, Borja Vázquez, Álvaro Laguillo y Marcos Ybarra. El jefe de cocina es Manuel Pabón (Bib Gourmand por Torres y García).
La carta se centra en platos a la parrilla (atún, rodaballo, corvina, bacalao, lomo alto de vaca madurado durante 40 días, solomillo de vaca vieja o ibérico, presa…) y los arroces (de ibéricos, del señorito, fideuá negra de chocos de Isla Cristina -Huelva). No faltan tapas como la ensaladilla rusa de langostinos, ostras de la Bretaña francesa al natural, croquetas de cecina de León, minibrioches de cocktail de gamba blanca, anchoas de Santoña OO con mantequilla Café de Paris, tomates en ensalada con sardina ahumada y queso de Cazalla de la Sierra (Sevilla), taquitos de bacalao fritos, cazuela de albóndigas de choco con picada de azafrán, langostinos de Sanlúcar de Barrameda, calamar de anzuelo frito con salsa tártara o el taco de atún de almadraba con aliño de papas. Entre los postres no faltan la tarta de chocolate, la de queso, los helados artesanos, el arroz con leche o el típico tocino de cielo.
El menú no olvida los propuestas veganas y vegetarianas. Cuenta con una carta de cócteles y una selección de vinos en los que no faltan los vinos del marco Jerez, los nuevos valores andaluces, y un amplio abanico de diferentes D.O. españolas.