Según el Observatorio Sectorial DBK de Informa, las ventas del sector de restaurantes se cifraron en 14.500 millones de euros al cierre de 2020, lo que supuso un 42,9% menos que la cifra registrada en el ejercicio anterior.
El negativo comportamiento de los ingresos estuvo motivado por el impacto de la COVID-19, que dio lugar al cierre temporal de los establecimientos y numerosas restricciones de horario y aforo en su reapertura, así como a un acusado descenso del consumo privado y de la actividad turística.
Los cambios en los hábitos y necesidades de consumo provocados por la crisis sanitaria dieron lugar a un fuerte aumento del servicio delivery, si bien no fue suficiente para compensar el retroceso del consumo en local. En todo caso, las ventas generadas por el servicio a domicilio ascendieron a 1.800 millones de euros en 2020, un 20% más que en 2019, suponiendo el 12% del mercado total.
Los restaurantes con servicio en mesa registraron unas ventas de 11.160 millones, un 46% menos que en 2019. La restauración tradicional supuso el 81% del total, mientras que la restauración informal acaparó el 19% restante. Por otro lado, el negocio de los restaurantes sin servicio en mesa experimentó un descenso más moderado, del 29,4%, hasta los 3.340 millones.
En este contexto, en 2020 el proceso de concentración experimentó un fuerte impulso, de manera que las cadenas de restaurantes reunieron ya el 46% del negocio
La relajación en las medidas restrictivas a la hostelería y la progresiva reactivación económica y de la actividad turística están reflejándose en una recuperación parcial del negocio perdido. De esta forma, se estima que los ingresos crecerán en torno a un 20% al cierre de 2021, aproximándose a los 17.500 millones de euros. Esta cifra, no obstante, sería todavía un 31% inferior a la registrada en 2019.
Tras varios años de crecimiento de la oferta, a lo largo de 2020 se registró una tendencia a la baja en el número de locales, ante la fuerte caída de la demanda. La estructura empresarial sigue caracterizada por la presencia mayoritaria de empresas de pequeño tamaño, dando lugar a una fuerte atomización del negocio, si bien con tendencia hacia la concentración. Las veinte primeras empresas reunieron una participación conjunta del 16,69% sobre el valor total del negocio en 2020.