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Castilla Termal aumenta su oferta hotelera con la conversión de la Real Fábrica de Paños de Brihuega en un hotel de cuatro estrellas para una superficie construida de 9.000 metros cuadrados. La cadena hotelera invertirá 12 millones de eurosen hacer de él un centro turístico de primer orden, tras la adjudicación, el pasado 26 de marzo, por parte del Ayuntamiento de la localidad del contrato de obras para la redacción del proyecto, construcción a partir de este verano y subsiguiente explotación de la rehabilitación de este edificio único.

La cadena hotelera orientará el nuevo hotel hacia la sostenibilidad total a través de la combinación de diversas energías verdes

El futuro hotel contará con 76 habitaciones y dispondrá de restaurante, amplias zonas termales y cabinas de tratamiento. Como es habitual en los hoteles de Castilla Termal, el proyecto briocense también estará orientado a la sostenibilidad total y, para ello, se utilizarán energías verdes como la biomasa, la geotermia y la energía solar fotovoltaica.

Además de dar respuesta a una demanda histórica de la zona y de apostar por el turismo de la localidad, la apertura del hotel prevista para el verano de 2022 generará más de 60 puestos de trabajo directos, por lo que también tendrá una incidencia positiva en la economía y el empleo de Brihuega.

Situada a una hora de Madrid, Brihuega es considerada como «El jardín de La Alcarria«. Cuenta entre sus reclamos turísticos con un cuidado patrimonio histórico y cultural, además de haberse convertido en un auténtico paraíso de la lavanda que atrae a miles de visitantes durante los meses de floración.

La Real Fábrica de Paños de Brihuega

La Real Fábrica de Paños de Brihuega fue fundada por Fernando VI en 1750 como sucursal de la factoría de Guadalajara y es uno de los ejemplos de arquitectura industrial del siglo XVIII en España. Tanto es así que ha sido incluida en el mapa interactivo desarrollado dentro del Plan Nacional del Patrimonio Industrial del Ministerio de Cultura y Deportes por su altísimo valor en el proceso de industrialización de nuestro país.

Construida por el arquitecto Manuel de Villegas, y tras vivir una época de esplendor entre 1768 y 1790 (llegó a contar con 178 tejedores, 40 aprendices y 800 oficiales de tareas auxiliares), fue utilizada durante la Guerra de la Independencia como cuartel francés. Tras el fin de la guerra, siguió funcionando en manos de privadas hasta su cierre definitivo en 1835.

Uno de sus elementos más hermosos y característicos son los jardines, que se construyeron después de 1840, con una intrincada estructura casi barroca. De trazado geométrico e influencia versallesca, se han convertido en obligada visita para quienes eligen la localidad como destino turístico.

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